Este 24 de septiembre se lleva a cabo la Jornada Mundial de Migrante y del Refugiado, en su versión número 109. Con motivo de esta celebración conozca algunos programas que adelanta la Pastoral Social para atender a quienes han abandonado sus hogares buscando mejores condiciones de vida.

Para 2022 se estimó que en Colombia había 2,5 millones de migrantes venezolanos, una cifra histórica que se mantiene, debido a las condiciones difíciles del país vecino y la proximidad geográfica. Cada vez es más necesario ayudar a estos hermanos, que se enfrentan a distintos peligros y necesidades.

Cabe mencionar que Ibagué, siendo una ciudad ubicada estratégicamente, se ha constituido en ciudad de paso para los migrantes. De aquí dirigen hacia Cali, Medellín, la Costa Caribe, o pasan cortas estancias para continuar su recorrido hacia Perú, Panamá y Ecuador. Otros, se quedan en la ciudad, con el anhelo de encontrar apoyo, refugio y condiciones favorables para desarrollarse.

Esta es apenas una cara de la difícil situación que enfrentan los miles de migrantes que, nos confrontan  y llaman a reconocer que es urgente y necesario tender la mano y brindarles ayuda. Como invita el papa Francisco en su mensaje para esta jornada, con el lema “Libres de elegir si migrar o quedarse”, es necesario “reconocer en el migrante no sólo un hermano o una hermana en dificultad, sino a Cristo mismo que llama a nuestra puerta”.

Por este motivo, la Pastoral Social de Ibagué, ha desarrollado el Programa de Migrantes, que es una iniciativa centrada en ofrecer ayuda humanitaria, asesoramiento legal y apoyo psicosocial a los migrantes. Esto se realiza principalmente en las instalaciones de la Pastoral Social y en la Carpa Humanitaria ubicada en el peaje de Gualanday donde se atiende a unos 600 migrantes al mes.

Acciones en favor de los migrantes

No se trata de hacer “asistencialismo”, sino brindar un apoyo integral a las familias, a los jóvenes y los niños, por esto, se realiza primero la atención psicosocial, que permite establecer cuáles son las necesidades básicas que se deben cubrir, y luego, de qué manera se puede ayudar al migrante y a su familia de tal manera que pueda desarrollar su proyecto de vida en el tiempo.

De esta manera, la Pastoral Social con el apoyo de la Fundación Pontificia Ayuda a la Iglesia que Sufre, realiza talleres para orientar a los migrantes en situaciones como manejo del duelo, manejo del perdón, proyectos de vida, emprendimiento y retiros espirituales, respetando la fe de cada individuo. En 2021, en articulación con la WFP, se realizó un censo a más 6.000 personas, de las cuales 4.800 salieron beneficiados para una ayuda económica, y para promover un buen uso de ese dinero, la Pastoral Social desarrolló unos talleres de emprendimiento.

Por otra parte, en la Carpa Humanitaria se ofrece a los caminantes un kit alimentario proporcionado por la WFP, y se cuenta con personal capacitado para ofrecer atención médica a las personas que lo requieran y un asesor quien, les orienta e indica dónde se encuentran ubicadas otras carpas de atención humanitaria donde pueden acercarse para continuar recibiendo apoyo.

También la Pastoral Social, ha realizado convenios con ABACO, la Asociación de Bancos de Alimentos de Colombia y otras entidades como la OIM, Organización Internacional para Migrantes, el Servicio Jesuita y la Cruz Roja Internacional, para ofrecer ayuda humanitaria al mayor número de personas posible, sin embargo, la tarea es grande y aún queda mucho por hacer.

Que en esta Jornada Mundial del Migrante, no sólo se ore por las personas que han tenido que salir de sus hogares para buscar mejores  condiciones, sino que nos sintamos movidos a colaborar, según las posibilidades que se tienen, para favorecer a estos hermanos recordando las palabras del santo padre, “Dondequiera que decidamos construir nuestro futuro, en el país donde hemos nacido o en otro lugar, lo importante es que haya siempre allí una comunidad dispuesta a acoger, proteger, promover e integrar a todos, sin distinción y sin dejar a nadie fuera”.

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